Cuando tus fuerzas se agotan de luchas contra un enemigo sin rostro, contra un sentimiento de impotencia, cuando le obligas al corazón a olvidar y sabes que jamás te obedecerá. Es la imagen de una persona indefensa ante un mundo pasado lleno de errores que la martirizan. Un brazo que sale de la nada y te empuja hacia abajo con todas sus fuerzas, es un pulso mano a mano contra el arrepentimiento. Una niebla que invade tus ojos y distorsiona el mañana. Un hilo en medio del cielo por el que caminas arriesgando tu vida sin ningún tipo de ayuda, tu y la inmensidad. Pero no tienes miedo a caer. No siento miedo a nada, es como si y a no me pudiesen arrebatar nada más. No puedo sentir más dolor.
17 de septiembre
No hay comentarios:
Publicar un comentario